sábado, 1 de octubre de 2016

Cerrando ciclos

No encuentro una buena manera de iniciar esta entrada, pero bueno, de algún modo debo hacerlo. Me es difícil admitir que mi regreso no se debe a que vengo con nuevas energías, o con demasiados ánimos, sino todo lo contrario. El título mismo lo dice, es hora de cerrar ciclos.

Contaré un poco de mi historia. En Marzo de 2014 comencé a salir con un chico, que no se parecía en nada a mi ideal de hombre, pero que hacía que las mariposas de mi estomago revolotearan sin parar. Para mi no era nada serio, pero aún así me aventuré a un noviazgo. No me daba mucho futuro, pero aún así duré mas de dos años en una relación tremenda, y si, tremenda es el adjetivo que busco.

Amé intensamente, con locura. Con el viví días maravillosos, me ayudó a reinventarme, a conocer esas facetas de mi que no sabía que tenía. Y hoy, puedo decir que oficialmente se acabó, y aún siento un vació interno que se que con el tiempo se irá apagando, pero es difícil porque en estos dos años, nunca, en ningún momento sentí que este amor disminuyera.

Ustedes dirán, ¿si se amaban tanto, porque lo dejaron pasar?. Creo que en las relaciones siempre queda el que ama mas, y yo de cierto modo entendía que los problemas siempre existirían, pero que debíamos saber como superarlos. Sin embargo, el ante cada problema disminuía su interés por la relación. De cierto modo, extrañaba esa vida de soltero, sin preocupaciones, de absoluta diversión.

Somos jóvenes, yo lo entiendo, pero cuando decides estar con alguien, debes respetar de cierta medida a esa persona. Por ende, en un par de ocasiones ya me había hecho reclamar el lugar que el mismo me había dado. No hubo una infidelidad concreta de la que me enterase, pero si acciones que me hacían poner en entredicho sus promesas.

Así, esta ultima discusión fue dura, quizás no la mas dura, pero si fulminante. Y aunque después lo intentamos pensar con la cabeza fría, prometimos que si eso ya no daba para mas, seguiríamos siendo amigos, y esta fue la ultima promesa que el rompió. Si, ahora mismo no me habla, lo veo a diario en la universidad y pasa por delante de mi como si esos dos años jamás, hubiesen sucedido.

¿Por qué cuento esto?. Porque en algún sitio lo debo de sacar. Ya paso un mes y aún me siento triste, pero es todo un proceso.

Estoy tranquila, y es tiempo de cerrar este ciclo y seguir adelante. Quedaran los recuerdos y también la experiencia.